
El tabaco es un producto procesado a partir de las hojas de Nicotiana tabacum. Es una planta originaria del continente americano. Los expertos en vegetales han determinado que el centro del origen del tabaco se sitúa en la zona andina entre Perú y Ecuador. Los primeros cultivos debieron tener lugar entre cinco mil y tres mil años a. C. Cuando se colonizó América, el consumo estaba extendido por todo el continente. Fumar (inhalar y exhalar el humo del tabaco) era una de las muchas variedades de consumo en América del Sur. Además de fumarse, el tabaco se aspiraba por la nariz, se masticaba, se comía, se bebía, se untaba sobre el cuerpo, se usaba en gotas en los ojos y se usaba en enemas.
Según observó Cristóbal Colón, los indígenas del Caribe fumaban el tabaco valiéndose de una caña en forma de pipa llamada tobago, de donde deriva el nombre de la planta. Al parecer le atribuían propiedades medicinales y lo usaban en sus ceremonias. En 1510, Francisco Hernández de Toledo llevó la semilla a España, cincuenta años después lo introdujo en Francia el diplomático Jean Nicot, al que la planta debe el nombre genérico (Nicotiana). En 1585 lo llevó a Inglaterra el navegante sir Francis Drake; el explorador inglés sir Walter Raleigh inició en la corte isabelina la costumbre de fumar el tabaco en pipa. El nuevo producto se difundió rápidamente por Europa y Rusia, y en el siglo XVII llegó a China, Japón y la costa occidental de África.




Añadía a su atractivo natural, ciertos elementos, tales como el fuego, el humo, el aroma, y un cierto aletargamiento de los sentidos, que lo singularizaban de una manera especial entre las múltiples experiencias halladas al otro lado del Atlántico.
Pero, lo más importante, a todo ello se le sumó su vertiente curativa o terapéutica, que los caciques indios se encargaban de enseñar y propagar dentro de sus funciones de sacerdote, curandero y adivino. Como era de esperar, ese doble caracter mágico-curativo del tabaco, adornado con el componente exótico que adornaba en general a todo lo que se importaba del recién descubierto Nuevo Continente Americano calaba con fuerza en las ignorantes y supersticiosas sociedades europeas, saturadas de mitos, cuentos y leyendas.
