lunes, 14 de diciembre de 2015

Retrato de Franz Xaver Winterhalter, 1857.
Museo del Hermitage.
La Gran Duquesa María Nikoláyevna

Nació en el Palacio Pávlovsk en 1819 y falleció en Tsárskoye Seló en1876. Era hija del zar Nicolás I y de Carlota de Prusia, y hermana del zar Alejandro II de Rusia. Fue, además, duquesa de Leuchtenberg y presidenta de la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo.
Segunda de los siete hijos de los zares, sus padres dedicaron mucho tiempo a la vida familiar, proporcionándoles una excelente educación.
De forma excepcional, tanto por su posición como por el tiempo, se casó por amor. Conoció a su futuro esposo Maximiliano de Beauharnais, duque de Leuchtenberg, cuando éste fue a San Petersburgo durante las maniobras de la caballería en 1837. Era el hijo mayor de Eugenio de Beauharnais y nieto de la emperatriz Josefina. Un año más tarde hizo una segunda visita a la ciudad, tal como señaló la Gran Duquesa Olga en su diario: "En cuatro días ha quedado muy claro que Max y María fueron hechos el uno para el otro".
No obstante, no se trataba de un partido conveniente para la hija de un emperador de Rusia: Maximiliano estaba por debajo del rango de la realeza, ya que sólo tenía derecho al rango de Alteza Serenísima como miembro de una rama secundaria de la Casa de Baviera. También era católico romano, no ortodoxo, y su propia familia, en particular su madre la princesa Augusta de Baviera, estaba en contra de este matrimonio.

Maximilian de Beauharnais.
 Duke of Leuchtenberg
 Portrait by Karl Briullov (1849).
 
Además, la familia Bonaparte había sido enemiga acérrima de Rusia.
A pesar de todos estos impedimentos, el zar concedió su permiso para el matrimonio con la condición de que su hija no saliera de Rusia para vivir en el extranjero. La boda tuvo lugar el 2 de julio de 1839 en la capilla del Palacio de Invierno, y el zar elevó a Maximiliano al rango de Alteza Imperial. La pareja permaneció en Rusia, dónde sus siete hijos se criaron en el círculo de la familia imperial.
Con su compromiso, el zar Nicolás I decidió dotar a María con su propio palacio. Escogió un sitio en el centro de San Petersburgo estratégicamente ubicado frente a la catedral de San Isaac, en la ribera del río Moika. No se escatimaron gastos en la creación de la vivienda de la joven pareja, encargándosele al arquitecto Andrey Stackensnéider, y se colocó lo suficientemente cerca del Palacio de Invierno para que el zar visitase a diario a su hija. El palacio fue terminado a finales de 1844 y se le nombró como el Palacio Mariinsky. Hasta entonces, María, su marido y sus tres hijos habían vivido en el Palacio Vorontzov, a la espera de la finalización de su propia residencia.
La gran duquesa María Nikoláyevna y su marido tenían inclinaciones artísticas y estaban muy implicados en causas benéficas y artísticas. El esposo de María se convirtió en un conocido científico en Rusia, hasta el punto de que en 1843 fue nombrado Presidente de la Academia de las Artes. La gran duquesa fue una ávida coleccionista de arte y, tras la muerte de su marido en 1852, lo sustituyó como Presidente de la Academia de las Artes. A partir de entonces, María Nikoláyevana se dedicó a su colección, incluso con mayor ardor.

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